Querido papá te escribo desde el hospital donde me han ingresado después de lo que pasó con mamá. Pero tú no vienes a verme, ni me escribes, papá.
Los médicos siguen creyendo que quizá algún día volveré a ser normal, pero yo sólo quiero volver a casa, papá.
El hospital no está mal, creo que después de todo no me puedo quejar, sólo que no sé nada de ti desde aquel día, querido papá.
Prometo que seré buena y que volveremos a jugar, dejaremos el retrato de mamá sobre la mesilla, sí, desde la mesilla nos verá jugar o desde donde quiera que esté.
Yo lo hice por nosotros, por ti y por mí, y también por ella, así ya no sufrirá más, y nosotros podremos estar solos, solos de verdad.
Ven a buscarme, papá, ¿ por qué no me escribes? ¿ por qué no vienes a verme? Me has dejado sola, queridísmo papá.
Si pudiera hablar contigo, pero no me dejan llamar por teléfono, sólo enviar cartas que no sé si te llegan o si lees...esto se hace tan duro sin ti, papá.
No puedo cambiar lo que pasó, pero sabes que lo hice por los dos, ya nada será como antes y no tendremos que escondernos ni ella nos molestará más. ¿ Ves qué fácil todo, papá? Entonces ¿ por qué no vienes a verme?
No sé si me dejarán salir de aquí algún día, ni sé si me curaré, pero lo que sí sé es que te seguiré esperando, mi querido papá.
jueves, 10 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)