Una cita cualquiera

Cantaremos las canciones que nos gustan, beberemos el vino barato que nos emborracha, hablaremos de los risible y lo insufrible, reiremos a ratos y no haremos el amor por mucho que no queramos, dejaremos abiertas las puertas del campo para salir cuando sintamos que debemos hacerlo, pero sobre todo viviremos y más aún, moriremos...

Incierto...

Las notas de amor que me vas dejando me alegran el día;
suponiendo que sean de amor y que sean para mí, claro...

Papá

Querido papá te escribo desde el hospital donde me han ingresado después de lo que pasó con mamá. Pero tú no vienes a verme, ni me escribes, papá.
Los médicos siguen creyendo que quizá algún día volveré a ser normal, pero yo sólo quiero volver a casa, papá.
El hospital no está mal, creo que después de todo no me puedo quejar, sólo que no sé nada de ti desde aquel día, querido papá.
Prometo que seré buena y que volveremos a jugar, dejaremos el retrato de mamá sobre la mesilla, sí, desde la mesilla nos verá jugar o desde donde quiera que esté.
Yo lo hice por nosotros, por ti y por mí, y también por ella, así ya no sufrirá más, y nosotros podremos estar solos, solos de verdad.
Ven a buscarme, papá, ¿ por qué no me escribes? ¿ por qué no vienes a verme? Me has dejado sola, queridísmo papá.
Si pudiera hablar contigo, pero no me dejan llamar por teléfono, sólo enviar cartas que no sé si te llegan o si lees...esto se hace tan duro sin ti, papá.
No puedo cambiar lo que pasó, pero sabes que lo hice por los dos, ya nada será como antes y no tendremos que escondernos ni ella nos molestará más. ¿ Ves qué fácil todo, papá? Entonces ¿ por qué no vienes a verme?
No sé si me dejarán salir de aquí algún día, ni sé si me curaré, pero lo que sí sé es que te seguiré esperando, mi querido papá.

post desde el cabreo

Escribo desde el arrebato más absoluto, cegada por la cólera que inunda mi cerebro y nubla mi vista. No puedo ser objetiva, no quiero calmarme y sólo te deseo un dolor tan infinito como el que tú causas desde tu atalaya de creerte perfecta y con el derecho a meter el hocico en la vida de los demás.
Soluciona tus problemas que son innumerables, empieza por tu destartalada familia acaba por tu desmejorado aspecto, verás como te falta tiempo para arreglar tu vida y lo mejor, es que te falta para meterte en la de los demás.
Para ayudar a los demás lo primero y fundamental es que te pidan ayuda, y juraría no haber cometido tan gran error jamás de los jamases; lo segundo es no estar dotada de un dudoso don de la oportunidad que te convierte en una metepatas sin gracia alguna ( hay gente inoportuna que puede resultar graciosa, tú eres directamente patética ).
No deberías permitir que la envidia guiara todos y cada uno de tus pasos, porque eso es lo que te convierte en un ser tan lastimero y un auténtico incordio, aunque tú te creas la hostia, creéme no lo eres y en el fondo lo sabes. Pero de esto no tenemos la culpa los demás que tenemos la desgracia de cruzarnos en tu camino y hacemos todo lo posible por alejarnos de él lo antes posible. Lástima que tus téntaculos a veces nos alcancen y nos envenen con la ponzoña de tu mala baba.
Espero que la vida te dé todo lo que te mereces ,aunque no hay más que echarle un ojito a tu alrededor para comprobar que no te está tratando especialmente bien; no me alegro, pero pones tan difícil que se compadezcan de ti.
Haznos y hazte un favor: cúrate y olvídate de la gente que no quiere saber nada de ti y que tener que aguantarte de vez en cuando le supone un verdadero martirio.
Si no fueras quien eres...ay qué tristeza tiene que ser ser tú.

Resaca

Y ahora que todo encaja o al menos lo parece, ¿qué haremos para divertirnos? Habrá que inventarse algo nuevo aunque ya estaba acostumbrándome a reírme de la herida abierta, pero habrá que crear algo tan doloroso que nos vuelva a hacer reír...
Ahora ya lo entiendo, se acabó la duda, pero: ¿ lo entiendes tú ?

La carta

Cada mañana después de desayunar sin hablar, de despedirte sin palabras y casi dando un portazo, yo escribo una línea más en la carta en la que le explico al juez por qué te maté.

art.1

1 . Toda persona tiene derecho a amar y ser amada, sin que sea razón de discriminación su color, su edad, su orientación sexual, su estatus social, su lengua o su religión. El amor, como la justicia, debe ser igual para todos.
Pero yo no sé si todos debemos tener ese derecho ni si sabríamos que hacer con él.